EL PORQUÉ DE LAS COSAS: Los álbumes musicales

Hoy es uno de esos días en los que no me encuentro muy inspirado para escribir. Pero sí para contaros una curiosidad muy pequeña que viene del mundo de la música: ¿os habéis preguntado de dónde viene la palabra 'album'? En el sentido musical, porque fijaos que a muchos discos o lanzamientos de los artistas lo llaman como la misma cosa donde guardamos las fotos.

Y es que al final de la primera guerra mundial, cuando comenzaron a aparecer las primeras grabaciones, ya se vendían discos grabados con dos canciones cada uno (cada una de ellas grabada en una de las dos caras, la A o la B). Pero como no había espacio suficiente y si el artista quería sacar varias canciones... la cosa es que venían en "álbumes" de hasta diez discos. De ahí el término que se ha conservado hasta hoy, que si un mismo artista quería lanzar hace décadas varias canciones pues tenía que hacer su pequeño album y vender 8 o 10 discos a la vez, pero en verdad era un sólo.

Posteriormente y como favor a las estanterías de los consumidores, estos discos fueron evolucionando e introduciendo cada vez más espacio, hasta el famoso disco de vinilo que conocemos hoy en día con 45min de duración y que de hecho se siguen utilizando y vendiendo, útiles para los DJs pero como una estupidísima maniobra comercial por parte de las discográficas para que volvamos a pagar 30€ por el mismo disco que encontramos a 5€ o para desarrollar nuestro deseo vintage.

Adiós a un amigo: BLOCKBUSTER VIDEO

Hace 2 días salió la noticia que la cadena de videoclubs más grande del mundo, Blockbuster, ha declarado que en Septiembre estarán en bancarrota. Internet amenazó de muerte el negocio de los videoclubs, de hecho en nuestro país se estimó que habían cerrado casi el 80%. Pero hay algunos que han sabido cómo sobrevivir, sobre todo ofreciendo buenos precios. Y ahora, la cadena americana, acusa (de nuevo) a la 'piratería' de que ella es la causante del cierre y desaparición de la empresa. Pero, ¿verdaderamente ha sido la piratería? Yo quisiera hacer un repaso a mi experiencia y luego aplicar un poco los últimos movimientos del sector al caso de este gigante.

Recuerdo cuando la cadena abrió su primera tienda en Sevilla en 1998, que se situaba en la Gran Plaza, concretamente en la Avda. de la Cruz del Campo nº 60, aún conservo el carnet de socio. Allí abrieron un inmenso local de casi 30 metros de largo repleto de estanterías con miles de películas. Tenía 14 años y casi me da un infarto y una taquicardia al entrar. Como dice el dicho, yo era como un niño en una tienda de golosinas y no sabía ni por donde empezar. Había miles de VHSs y miles de títulos, allí jamás podía aburrirme. Automáticamente obligué a mi padre a que se hiciera socio y a que ese mismo día nos llevásemos dos pelis. Y así continuamos hasta mediados del año 2000, que fue cuando traicioné a mi amigo el VHS acostándome con el DVD. Durante aquellos 2 años inmensos de felicidad siempre tenía los últimos estrenos y difícilmente era que no tuviesen stock para una película. Recuerdo que cuando sacaron Sleepy Hollow, Blockbuster lanzó una promoción diciendo que si no encontrabas copias disponibles (si todas estaban alquiladas) para la siguiente vez ellos te regalaban el alquiler. Tenían todos los géneros y películas de todas las épocas. Pero si siempre hubo algo que yo tenía una espinilla con esa empresa... es que la veía un tanto cara, ¿sabéis?

Recuerdo que alquilar una cinta solía costarte unas 375 pesetas de por aquel entonces. Y que por mil pelas te llevabas 3. Cuando el DVD comenzó a popularizarse a partir del año 2000 el DVD trajo consigo una ventaja: aparte de la perfecta imagen digital conseguía un ahorro de espacio y almacenamiento significante. ¿Qué significaba aquello? Que ahora se podían abrir máquinas que ocupaban poco más que una vending de Coca-Cola y almacenaba dentro casi 500 títulos. Otra gozada. Y encima me pusieron una a 500 metros  de mi casa y alquilaba por 200 pelas nada más. Aquel fue el día que definitivamente dejé de ir a Blockbuster. Ya no solo era cuestión de calidad DVD Vs. VHS ni de distancia... ya era cuestión de precios: el nuevo local me ofrecía un DVD por 200 pelas mientras que Blockbuster no reaccionó y siguió con su política de precios.

Cuando entró el Euro en el 2002 de cuando en vez solía volver por aquellas tiendas y echar un vistazo a los últimos títulos, para observar con tristeza cómo continuaban con su política de la hermandad del puño cerrao y ahora clavaban la friolera de 3 euros por película. Ya no hablamos de las antiguas 375 pesetas, ahora se habían convertido en 500. Y no contento Blockbuster con eso... fue en el 2002 cuando empezó a crecer el mercado de las ADSL y... ¡sorpresa! Las redes P2P



Hay un dicho que reza 'Renovarse o morir'. Y cuando hablamos de Internet eso significa (y no hay vuelta de hoja) O TE SUBES AL CARRO O MUERES, así de claro. Y Blockbuster se quedó enclaustrada en su modelo de negocio. Evidentemente, tenían otro tipo de ingresos aparte de las películas como el hecho de vender palomitas y botellas de refresco para hacer de tu noche la noche más feliz de tu vida y el alquiler de videojuegos de PlayStation. Pero los tiempos cambian y no te puedes quedar únicamente en esas 3 fuentes de ingreso. Tienes que ver por dónde va la gente. Blockbuster es una empresa que ha tenido 10 años para reaccionar ante las tendencias del mercado, ante las descargas, ante las redes de intercambio, ante el DVD y ahora ante el Blu-Ray. A los videoclubs les pasa como las autoescuelas, que la gente va al que más cercano tiene de su casa. Y si hubieran visto este filón y hubiesen ofrecido películas por streaming a un precio razonable otro gallo cantaría. Y que también hay que mirar un poco por el bolsillo del espectador: por ejemplo, hay un videoclub en la Alameda de Hércules (Big Orange) que también tiene miles de títulos en DVD y por 3€ me llevo 3 películas y encima por 2 días. Porque me pilla a 4 kilómetros de mi casa y es muy difícil de aparcar, que si no ya me hubiese dejado la nómina de julio allí.

Para terminar este post quisiera dedicarle mis últimas palabras a esta empresa que empecé amándola tanto como a las películas que veía y que, al ver que no cambiaba, empecé a rechazarla: cuando intentes echar la culpa a alguien, en vez de mirarte a ti mismo con sinceridad, no nos eches las culpas a los usuarios porque optemos por Internet, con lo caro que erais no nos quedaba otra salida. Y vuelvo a repetir que las películas que nos descargamos no son 'piratería', ni estamos robando ni somos delincuentes. Si te has ido a pique es porque tú mismo te lo has buscado: ni bajaste nunca los precios... ni supiste cómo adaptarte a los tiempos que corren.

LO MEJOR de Los Simpsons

Hablando ayer sobre Los Simpsons con Pixelin Pictures, lanzamos una pregunta al aire que ambos fuimos incapaces de contestar: Cuál es el mejor puntazo de la historia de Los Simpsons. Y no tuvimos respuestas. Hay tantos, los hay tan magníficos e ingeniosos que no dimos con uno que se alzase por encima de los demás.

Pero lo que yo sí le dije es que, ya que no puedo catalogar cuál es el punto que más me ha hecho reír en mi vida, sí que tengo muy claro cuáles son los 3 mejores episodios que he visto jamás. Y son aquellos que, precisamente, le he encontrado la gracia ya siendo adulto y cuando me he dado cuenta que tratan varios de los temas más escabrosos y duros que pueden darse en la realidad. Aquí va mi ranking:

MEDALLA DE BRONCE: La Disolución del Consejo Escolar (6ª Temporada).
En este capítulo presenciamos cómo la Escuela Pública de Springfield se ve con problemas de dinero. Krabappel le pide que mejore las condiciones del colegio a Skinner y este le dice que no hay presupuesto. Cada vez hay más tiranteces entre ambos y Bart ve una oportunidad perfecta para liarla parda, articular toda clase de artimañas y engaños y mandar a los profesores a la huelga. Es aquí donde vemos su pura maldad, sus mentiras, su inteligencia y ver cómo todo lo que se dice puede ser tergiversado hasta darle la vuelta completa a su sentido.


Los mejores momentos y frases son:
- Skinner en referencia al autobús: Otto, creo que debes ponerle gasolina. Aquí tienes, la tarjeta de crédito (el 'buenoooooooo' que exclama Otto cuando le pasa un tubo de plástico para que robe la gasolina sorbiendo es, simplemente, antológico)
- Edna en referencia a la comida del comedor: Digas lo que digas, ¡esto sabe a periódico! - ¿Y qué? El papel de periódico molido aporta tosquedad, es esencial. Sin embargo no has notado las colchonetas... (a lo que vemos a la Enfermera Doris triturando una colchoneta y gritando 'Estas colchonetas viejas tienen muyy poca carrrrrneee!!')
- Malk, ahora con más Vitamina R
- Lisa: No, no puedo relajarme, ni rendirme, ni ceder, ni... ¡solo me salen dos sinónimos! ¡Dios mío, he perdido la perspicacia! (a lo que sale llorando a lágrima viva y su padre le contesta: lo mejor es que la busques en el sitio más raro)
- Marge: Volar una cometa por la noche no creo que sea propio de un niño de su edad (a lo que le contesta Bart: Hola, Mamuchi querida...)

Y aquí viene el punto estrella, que esconde toda una filosofía detrás. Cuando finalmente descubren que la solución para ganar dinero es aprovechar los espacios de la escuela para meter presidiarios... vemos que Snake y otros cuantos delincuentes están en la misma clase de Bart. Uno de ellos le arranca un trozo de camisa a Martin, a lo que contesta la Srta. Karabappel: Tranquilos niños, no prestéis atención al asesino.




MEDALLA DE PLATA: Homer, Hombre Malo (6ª Temporada)
Para que Homer asista al Congreso de la Industria del Dulce necesita dejar a los niños con una canguro. A su regreso, tiene que llevarla de vuelta a casa y cuando se le levanta del coche Homer ve que tiene pegado al culo una chucería con forma de Venus de Milo. Él la coge y se la come, pero con la sorpresa que al día siguiente ella le acusará de acoso sexual y de pervertido. El revuelo mediático y el circo televisivo que se genera alrededor de Homer es ANTOLÓGICO

Los mejores momentos y frases son:
- Homer hablando con la canguro: Así que universitaria, ¿eh? Mucho llegar a la luna pero no conseguís que mis zapatos no huelan mál (¡¡¡BRAVO!!!)
- Homer en el programa Lo Más Bajo: Alguien tenía que llevar a la canguro a su casa. Cuando ví que se había sentado con su dulce cú... alargué la mano ¡con su dulce cú! Ohhhh cada vez que me acuerdo de ¡ese dulce cú! ¡ese dulce cú! (y entre todo esto el reloj de la esquina p'alante y p'atrás como un endemoniao)
_ En el fondo del mar, en el fondo del mar, no hay chismes de vecinas sólo hay ricas sardinas, en el fondo del mar
- Marge diciéndole al Abuelo Simpson que la bandera que está colgando sólo tiene 48 estrellas: ¡Antes muerto, enterrado y agusanado que reconocer el estado de Missouri!

Y aquí viene el punto estrella, que será el fragmento que el futuro día que sea profesor les pondré a mis alumnos para que reflexionen sobre la televisión y los reality shows: Hoy en Ben, madres e hijas que se habían fugado se reunen gracias a su común odio a Homer Simpson. Con todos ustedes... el bueno de Ben (y aparece un oso con un micrófono en la cabeza, ¿vale? NO DIGO MÁS)




MEDALLA DE ORO: La Última Tentación de Springfield (5ª Temporada)
Y este, queridos lectores, es el que aborda el tema más serio de toda la serie: La infidelidad. Homer comienza a enamorarse de Mindy, la nueva chica del trabajo. Y entonces comienzan a sucederse las alucinaciones y las mentiras hacia su familia. Impagable que, tratando un tema tan serio, siempre lo hagan desde la perspectiva de ese humor tan simpson y tan genial.

Los mejores momentos y frases son:
- Krabappel hablando sobre lo ocurrido en el aparcamiento: Chicos, sé que no hay forma de demostrar quién es el culpable porque en un país democrático todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario (Bart suspira con un 'Dios bendiga a América'). Pero mi clase no es democrática, ¡¡¡JAAAAAA!!!
- ¡¡Baila, Baila, Baila, Baila!!
- Burns defendiendo a Zutroy ante el Departamento de Trabajo: ¡Pero si Zutroy es tan americano como la tarta de manzana! (a lo que responde Zutroy: Tockni rad'ba Mistah Boons)
- ¡Siga trabajando Stuart! (y sale un pato arrastrando una carretilla)
- Smithers a Burns: Alguien está cargando el servicio de habitaciones a la compañía. Y Burns responde: Así, ehh? Eso habrá que verlo. ¡Volad, preciosos, Volad!!
- Bart termina su tratamiento y lanza por la ventana sus zapatones, que acaban estrellados en el piso de Flanders: Niños, ¿habéis rezado alguno pidiendo zapatos gigantes? - ¡Yo papi! - Ahh, estupendillo
- Los camareros del restaurante chino de Ciudad Capital: Ehh, se nos han acabado las galletas de nuevo amol - Ahh, pues able el balil de sigue con tu esposa

Y aquí viene el punto estrella, que es cuando Homer intenta no pensar en Mindy: Piensa en cosas no eróticas, piensa en cosas no eróticas. Atentos a que cuando salen Patty y Selma depilándose a contrapelo unas piernas peludísimas, el 'mmmm menos sexy imposible' que dijo Carlos Revilla, el doblador, es lo mejor que ha doblado nunca.

¡La Tele ha muerto! ¡VIVA LA TELE!

Llevo pensando desde hace tiempo que a la televisión le quedan 5 años de vida, tal y como la conocemos hoy, no le doy más. Ahora mismo estamos asistiendo a una especie de rejuvenecimiento de las cadenas con la implantación de la TDT. De hecho, en septiembre se añadirán nuevos canales en abierto como MTv, La Sexta 2 y Sexta 3, Nitro y muchas más. Cada vez tenemos más cadenas y yo me pregunto a dónde irá el pastel publicitario, cómo se sustentarán o, directamente, cómo aguantarán el tipo. Porque hacer televisión cuesta mucho mucho dinero. Y a menos que la paguemos nosotros los espectadores (que no lo vamos a hacer, porque llevamos 30 años con el modelo de 'la tele es gratis') serán los anunciantes quienes lo hagan. Y estos sacaban sus buenos beneficios antiguamente cuando sólo había 5 generalistas y todos veíamos los mismos anuncios. Ahora hay 4 veces más, así que ya me diréis.

Desde hace unos años estamos asistiendo a un cambio tecnológico impensable en la historia de la humanidad. Se dice que en 2 días en Internet se escribe la misma cantidad de información que escribió toda la historia de la humanidad hasta el año 2000. La tecnología crece más rápido que nosotros. Cuando se lanza un nuevo gadget al mercado, el siguiente ya está en la pista para coger el relevo. Y si quieres esperarte a que baje de precio ya habrá en el mercado uno mejor.

CAMBIO DE HÁBITOS: La muerte del Prime Time
Lo que parece que todavía no hemos asimilado muy bien es que antiguamente se decía que un espectador pasaba de media frente al televisor 212 minutos. A día de hoy lo que dicen las estadísticas es que pasamos casi 3 horas... frente a Facebook. Y frente a Tuenti y las redes sociales. E Internet. Si vosotros, lectores, estáis leyendo mi blog es que seguramente también hayáis asistido al siguiente cambio: ¿Cuánto hace que no os sentáis con vuestros padres o vuestra familia a las 22.00 frente al televisor para ver lo 'que echan'? A que hace mucho, ¿verdad? Cada vez se ve menos televisión. Y cuanto más joven es la generación más acentuado está este sentimiento. En mi caso particular, mi Bravia es un mero intermediario entre el Blu-Ray y yo.

Internet y el surgimiento de páginas de descarga y foros de intercambio de contenidos (los P2P mueren lentamente, el futuro es Vagos y Megaupload) ha cambiado radicalmente nuestra manera de actuar frente a la pantalla. Nosotros ya no vemos lo que Antena 3 nos programe a partir de septiembre, qué nos importa que nos llegue la nueva temporada de Física o Química si ahora somos nosotros mismos quienes elegimos nuestros contenidos y la manera en que los vemos. Y, por lógica aplastante (¡gracias a Dios!), hemos vuelto a apostar por la ficción americana, quien siempre ha ofrecido las mayores dosis de calidad y entretenimiento. Afortunadamente, a las generaciones nuevas ya no nos importa el idioma en el que lo vemos. Pero lo que sí está claro es que nuestra pantalla ya no es el televisor del salón, es nuestro ordenador o nuestro portátil, donde tenemos almacenadas nuestras películas o nuestras series favoritas, accesibles en cualquier momento a golpe de tecla. Imagino que os dirían "hijo, siéntate con nosotros a ver la tele, que hace tiempo que no lo haces" y vostros contestaréis, cual Rorschach "NO"

¿EL FUTURO? EL iPAD!!! (o similares)
Del consumo en familia hemos pasado al consumo individual, con una pantalla propia. Recuerdo cuando en el 2005 me compré mi primer portátil, que me costó 1.200€. A día de hoy ese ordenador se vende por menos de 150€, no cuesta más. Y mi actual móvil tiene casi más procesador y memoria. No es descabellado pensar y vaticinar que cada persona, de aquí a 3 o 4 años, irá por la calle y al trabajo y a la escuela con un iPad bajo el brazo. Es el gadget perfecto, una pantalla (de resolución inmejorable) que aglutine todas las funciones de ordenador, almacenamiento de todo lo personal (música y fotos), teléfono móvil y centro de ocio. Sólo es cuestión de que baje de precio. Las noticias que leíamos hace días que en India comienzan a comercializarse pantallas de este tipo a precios casi regalados no hacen más que alegrar y beneficiar a los consumidores porque eso implica que Apple no tendrá mas huevos que empezar a bajar sus precios si quiere seguir siendo la número uno. Porque lo que sí se viene venir es que competidores le van a empezar a salir por todos lados, y cada uno a ofrecer lo mejor posible y al precio más asequible.

Y será de aquí a 3 años cuando todos tengamos una. Donde cada miembro de la familia tendrá su tablet personalizado con el que nos comuniquemos con el mundo y donde veamos nuestros contenidos. Las televisiones ya no tendrán el poder de imponernos qué ver un jueves por la noche, seremos nosotros quienes elegiremos. Y es ahí donde está la otra baza del futuro: en los contenidos, la clave para que una red o un sistema que ofrezca un catálogo triunfe o no. Ganará quien ofrezca el de mayor calidad, ya no importará donde se emita, sino el contenido en sí. Además, con el crecimiento de redes ADSL y los vídeos en Alta Definición hacen que todo aquello que decían los estudiosos sobre la televisión en el móvil (en minúsculas pantallas de Nokia) se quede ya como algo meramente anecdótico de bibliotecas sin actualizar y de tesinas que se quedan anticuadas a los 2 años.

El Superhéroe de Shyamalan: El Protegido

Repasando un poco la historia del cine y de los superhéroes, podemos comprobar cómo en Octubre del 2000 se abrió una senda muy peligrosa tanto para el cine como para los cómics. En aquel mes se estrenó X-Men, una película que terminó recaudando 296M$ en todo el mundo. Desde aquel estreno, las 5 majors vieron en las historietas un filón interminable de personajes populares y archiconocidos por toda la sociedad con la que podrían rellenar sus filas de estrenos durante algún tiempo. A lo largo de estos 10 años que nos distan de aquella primera adaptación, se han hecho alrededor de 45 adaptaciones de cómics y novelas gráficas, algunas con más fortuna que otras. Lo que sí estaba claro es que las productoras veían gracias a DC Comics, Marvel y otras líneas como Vertigo o Dark Horse auténticas franquicias en personajes como Superman, Batman y Spider-Man, ya que entre los lectores ya fieles, entre los moñecos para niños y los videojuegos, el negocio estaba asegurado. No me extiendo más porque la historia de las adaptaciones para superhéroes no da para un post, da para una tesis de doctorado.

En ese mismo año, M.Night Shyamalan se adentraba también (fruto de la casualidad, ojo) en el mundo de los superhéroes, pero desde su particular punto de vista. Por aquel entonces, la película terminó recaudando 248M$ en todo el mundo, pero debemos recordar que 'El Protegido' se trataba de la siguiente película después del bombazo que supuso El 6º Sentido. La película enamoró a muchos y defraudó a todavía más, ya por aquel entonces fue el inicio de la brecha en los corazones de muchísimos espectadores que se creían que se trataba de la película de Bruce Willis. Está claro que si Shyamalan hubiera hecho la película este año hubiera ocurrido dos cosas: 1. Que se hubiera meado en el 75% de las adaptaciones que se han hecho, por el fantástico guión que tiene -original, además- y por la perfecta y exquisita realización por parte de Night. 2. Que le hubiera caído una lluvia de palos más grande incluso que la de Airbender.

GÉNESIS DEL HÉROE Y SU VIAJE
Para explicar a David Dunn, el personaje/héroe que interpreta Bruce Willis me gustaría referirme brevemente a Kick-Ass, una novela gráfica que parodia todo este mundo de superhéroes (y la mejor película que llevo vista este año, por cierto). En ella nos contaba, a modo de broma, que Kick-Ass había nacido no porque hubiesen matado a sus padres (Batman), sin arañas radiactivas ni sin ser un refugiado de un mundo extraterreste destruido. Por lo general, el mundo de los superhéroes de Stan Lee o de la Marvel siempre juega con la genética, con los experimentos que resultan fallidos o con seres venidos de otro planeta. Pero como siempre ocurre en el cine de Shyamalan, el director nos sitúa a sus personaje siempre en un mundo real, cotidiando, del día a día, el que bien podría pasarle a ti o a tu vecino. Y en este caso David Dunn (Willis) es un triste guardia de seguridad, con tantos problemas en su familia y en su matrimonio que está pensando incluso en mudarse de ciudad. Lo que viene a continuación es algo que todos sabemos ya: sufre un accidente de tren donde él es el único superviviente; no contento con eso no tiene ni un rasguño, está ileso (por cierto, que nadie me acuse de que esté destripando nada, habéis tenido 10 años para verla).

Partiendo de esta premisa tan trágica y misteriosa, Shyamalan comienza a construir su héroe de las mil caras con todas las etapas del viaje (Campbell), pero desde su particular prisma. El accidente de David no supone ninguna liberación para su mundo ordinario, su matrimonio continua con la misma tristeza. Pero un día recibe una nota de un misterioso coleccionista de cómics, que supondrá su llamada a la aventura. Lógicamente, David rechaza dicha propuesta por parte de quien, sin quererlo, terminará siendo su mentor (Elijah Price); niega que pueda tener poderes sobrenaturales como que nunca se lesione ni caiga enfermo, lo niega rotundamente porque estamos en un mundo realista, donde las viñetas de cómics no caben en la vida real. Él se niega a creer las palabras de Elijah, pero estas cada vez cogen más fuerza cuando va recordando su pasado y cuando descubre que hay un hombre en el estadio que lleva una pistola plateada con culata negra. David encontrará en su hijo a su mayor aliado, con la prueba del levantamiento de pesas y la escena de la pistola. Una vez que David acepta que verdaderamente nunca enfermó es cuando se acerca a probar definitivamente la teoría de Elijah, en una secuencia con la prodigiosa música de James Newton Howard. Es ahí cuando acepta sus poderes y se lanza de lleno a cumplir su misión: proteger a la gente. Su prueba definitiva será la lucha contra el hombre naranja, de quien sale victorioso y con su recompensa/elixir: el reconocimiento de lo que, inconscientemente, siempre ha sido: un héroe. El camino de regreso a casa le brindará con la reconstrucción de su vida y su amor, Audrey. Y con la mayor sorpresa para todos los espectadores: que Elijah Price (un prodigioso Samuel L. Jackson) no solamente ha sido su mentor sino que se convierte en el villano, en quien será su archienemigo y siempre estará ligado a él.

LO IRREAL EN EL MUNDO REAL
Este viaje y patrón narrativo puede aplicarse perfectamente a cualquier otro superhéroe, casi todos han pasado por las mismas etapas. Con el especial toque de situarlo en mundo real, donde los héroes no intentan lograr el amor de Mary Jane o de Lois, sino que intentan que su matrimonio no se vaya al carajo. Shyamalan tiene el prodigio de volver a introducir lo sobrenatural en el mundo natural, al igual que colocó fantasmas en un aspecto cotidiano, que introdujo alienígenas en un típico pueblecito o incluso damas de cuentos en un barrio de vecinos que bien podría ser el mío...

Shyamalan recrea, con David Dunn, su particular y precioso homenaje a este mundo del cómic, forjando un guión de hierro en el que cree firmemente y que en ningún momento se tambalea. Por supuesto, si hay algo que hay que destacar de la película además del guión es su realización, limpia, perfecta y exquisita, con una planificación al milímetro, donde Shyamalan nos regala muchos de los mejores planos vistos en el cine en 15 años: el encuentro de David con la mujer en el tren, con una cámara que no cambia de toma; la pelea con el hombre naranja, también sin cambiar de toma; y el plano de las cortinas, el mejor de la cinta -y de la década me atrevería a decir-, donde nosotros los espectadores, inquietos y curiosos, solo podemos ver por donde Shyamalan quiere que veamos. Todo ello apoyándose en James Newton Howard y su poderosa e inusual banda sonora, quien se convierte en el mayor héroe del cine de Shyamalan y quien le acompaña (y hará que nosotros también lo hagamos, con los oídos) en todos sus viajes.

Oscars (merecidos) a la Magia del Montaje


Antes de ayer estuvimos hablando del montaje, de cómo era curioso que ciertas películas nos pareciesen lentas y la actual narrativa televisiva no. En todo caso, quisiera hacer una especie de breve reivindicación a montajes  fantásticos -desde mi punto de vista- que por una razón u otra no estuvieron nominados o sufrieron alguna especie de injustica.

El primero que se me viene a la mente, una de mis mayores indignaciones de los Oscars, fue que American Gangster no solamente se quedase sin premio en esta categoría, sino que ni siquiera estuvo nominada. Y creo que era más que merecido puesto que en dos horas y media que se pasan volando, Ridley Scott y su habitual montador Pietro Scalia nos cuentan ni más ni menos que casi 20 años de las vidas paralelas de dos protagonistas. Ahí es nada, sabiendo elegir qué instantes de la historia contar, cuáles descartar, y todos ellos con un ritmo envidiable. En su lugar, el Oscar se lo llevó El Ultimatum de Bourne, que ni siquiera he visto (aunque conociendo a Paul Grengrass y su manía de rodar sin trípode ya sé con lo que me voy a encontrar: con lo de siempre)

Un año después volví a indignarme en los Oscar, puesto que esta vez Slumdog Millionaire le robó (descaradamente) el premio a dos cintas que se lo merecían mucho más: El Curioso Caso de Benjamin Button y El Caballero Oscuro. Digo lo de robar porque si nos ponemos la mano en el corazón (como tantas veces hemos tenido que hacer ya en el blog) veremos que el montaje de Slumdog no tiene nada de especial, de hecho es videoclipero, facilón e incluso insultante (la historia y la tristeza de lo que estás narrando no se merece que le pongas un ritmo de la MTv). La primera de ellas, Benjamin Button, podríamos decir lo mismo que de American Gangster, que te cuenta la vida entera de un personaje en un abrir y cerrar de ojos (además con esa elegancia que caracteriza a Fincher). Y por la otra, El Caballero Oscuro jugaba con mil tramas y mil escenarios diferentes donde se situaba la acción, que la llevaba frenéticamente, y ahí se quedó: en Gotham.

NOLAN: EL MEJOR NARRADOR DEL S. XXI
Aunque si hay alguien que ha sido maltratado por el reconocimiento académico a la hora de montar sus películas es Christopher Nolan. Aunque, sinceramente, sabemos que los Oscars deben importarnos un pimiento y todos sabemos el genio que tiene. La primera burrada narrativa que hizo fue la ya famosísima Memento que, ni más ni menos, la contaba al revés. Y con cada pista nueva iba desvelándote nuevas capas de la historia ocultas. Atención a los créditos, donde el protagonista hace una Polaroid. Impresionante.

Siete años después de saltar al estrellato hizo otra obra maestra del montaje, que es The Prestige (El Truco Final). En ella se nos cuenta la historia de la rivalidad entre dos magos del siglo XIX, pero con la gracia de que va dando saltos en el tiempo de atrás a alante y de alante atrás, constantemente. Uno pensaría que de semejante gazpacho temporal saldría un berenjenal, pero Nolan vuelve a demostrar su maestría contando historias y hace que en cada salto nosotros, los espectadores, ubiquemos el tiempo de la historia -sin que nadie nos diga nada- y que, encima, nos enteremos de todo a la perfección.

INCEPTION: LA MAYOR BURRADA NARRATIVA DE LA HISTORIA
Y este año juro prenderle fuego al Kodak Theatre si Nolan no se lleva el Oscar, lo juro. Es su año, es el año de Inception. Nolan, de la mano de Lee Smith -su montador habitual-, vuelve a dar una vuelta de tuerca a sus historias y hace lo imposible: contar una historia/sueño (1) dentro de otro sueño (2), que este se encuentra dentro de otra historia/sueño (3), a su vez dentro de otra historia/sueño (4) que, ¡además! está dentro de una historia!! (5). En total Nolan juega ni más ni menos que con 5 planos narrativos diferentes. Y encima, para marcase la vacilada, también juega con la realidad, que haría el 6º plano. Esto no lo puede hacer mucha gente. Lee Smith y Nolan hace que el espectador navegue por diferentes sueños/diégesis/planos sin que en ningún momento perdamos el hilo de lo que se está contando. Y, además, mientras transcurre un nivel del sueño, está pasando otra cosa que interfiere en el anterior que a su vez se ve modificado por el de arriba... UNA LOCURA, jamás se había hecho algo tan complicado. Y que encima te enteres.

Suele ser común en el cine que en el transcurso de la acción se nos cuenten varias historias a la vez, sobre todo en el cine de acción. Véase por ejemplo la saga galáctica de Lucas (que el Episodio I es digno de contar 4 batallas a la vez) o la Trilogía de los Anillos de Jackson, donde las peleas ocurren en diferentes escenarios y los montadores saben manejar el ritmo y la acción de cada uno tanto para no aburrirnos como para tenernos en tensión. Pero Nolan no solamente juega con seis planos diferentes, algo impensable, sino que además dobla y moldea el tiempo a su gusto, otra de las burradas narrativas de Origen. No desvelaré las reglas de juego ni el truco para explicar qué es lo que ocurre con el tiempo en esta película, pero para quienes no la hayan visto sólo diré que hay un coche que tarda 20 minutos en caer un río. IMPENSABLE e increíble. 

Con Inception, de la que haré crítica cuando haga un segundo visionado (necesario), nos encontramos con la película que tiene el montaje más complicado de la historia, puesto que son seis niveles narrativos diferentes y un tiempo moldeable (Si Sam Peckinpah levantara la cabeza le besaría los pies) con el que juega a antojo del espectador, quien en ningún momento se siente perdido. Nolan y Smith consiguen que nunca apartemos la vista de la pantalla, con una dirección impecable y un manejo del ritmo endiablado. Eso sí que es saber montar. Y si alguien quiere adentrarse en esta magia que es el montaje, le recomiendo encarecidamente el visionado del capítulo 'La Magia del Montaje' de Lecciones de Cine, una delicia.

Sobre lo paranormal y lo lento

Quisiera empezar la semana con uno de estos posts que duelen y crean polémica. Y es que llevo mucho tiempo queriendo escribirlo. Está relacionado con la película Paranormal Activity y, sobre todo, porque no paraba de escuchar por parte de muchos que la habían visto decir que "era lenta". Evidentemente es un comentario ante el que no puedo mantenerme indiferente, me duele. Me duele porque es una película que me impacto muchísimo y que me encantó, de hecho la considero de las 5 mejores que vi el año pasado por los motivos que explicaré después. Pero lo que no entiendo es el hecho de que a mí se me pasase volando y otros digan que es soporífera.

EL ARTE DEL MONTAJE
Antes de nada yo soy el primero en reconocer mi 'deformación profesional' o mis vicios, por así decirlo. Durante mi época de estudiante a lo que me dediqué principalmente, a la hora de realizar trabajos audiovisuales, fue a montarlos, a coger todas las piezas del puzzle y darle forma mediante el ritmo y el tiempo. Y tras haber montado 4 videoclips, 2 documentales, 1 spot, 1 pieza musical, 2 cortos y 2 felicitaciones me convertí en un fanático de la edición y creo que terminé entendiendo cómo iba esto del ritmo. Revisionábamos las piezas una y otra vez, llegando hasta el nivel enfermizo de quitar un solo frame si veíamos que sobraba o entorpecía. 

Montar no significa únicamente qué plano colocar después del siguiente, si usar un plano medio o uno cerrado, sino saber qué tipo de narración se merece cada pieza y, sobre todo, cómo hacer que cada una sea dinámica. Una vez Billy Wilder intentó escribir un decálogo para el cine y terminó diciendo 'Tengo 10 mandamientos. Los nueve primeros dicen: ¡no debes aburrir!'. Y de hecho, siguiendo esta lógica que una día me tatué a fuego en la mente, he tenido que dejar de ver muchas películas y, sobre todo, muchas series porque sí que me parecían soporíferas. Las tres últimas que recuerdo haber dejado han sido Dexter (al 2º capítulo), True Blood (al 1º, record) y, la que más pena me da porque me hacía mucha ilusión haber visto, Mad Men (al 3º). De hecho estoy pensando dejar también Flight of the Conchords (y eso que voy el por 7º). Lo siento, pero los espectadores somos así de crueles. Y yo, a pesar de que tengas la mejor construcción de guión y de personajes de la historia digna de mil Emmys, lo siento en el alma pero te falta ritmo, que es algo que yo valoro por encima de todas las cosas. Y eso de cuando dicen 'es que en la 2ª temporada mejora' es algo que (el ver por el hecho de ver) no me termina de entrar en la cabeza.

Otra frase que me impactó muchísimo y que desde entonces también grabé a fuego se encuentra en el libro 'Las Luces de Septiembre' de Carlos Ruiz Zafón. En un pasaje, dos personajes entran en la casa de una señora mayor y ésta, sorprendida por la entrada de ellos en la casa, se disculpaba diciendo: Lo cierto es que estaba leyendo y me he quedado completamente dormida. A lo que le responde Lazarus: Eso significa que debe usted cambiar de libro. BRAVO, aplíquese también a lo audiovisual. 

CUESTIONES DE RITMO
Yo reconozco que cuando terminé los exámanes de verano en 2006 me chuté en apenas mes y medio la friolera de 2 temporadas de Perdidos y 3 de Nip/Tuck. Cuando terminé de verlas y me sentí desolado (porque aquel intenso disfrute había terminado) no quería ver cine, me resultaba físicamente imposible sentarme dos horas en una butaca a ver una película. Me acostumbré demasiado al formato de la historia en 40 minutos y me tiré un verano entero sin ver películas. Me juré a mi mismo que aquella experiencia no la repetiría en mi vida. Yo lanzaría al aire la pregunta de 'qué le pasa al espectador que se acostumbra/engancha a una narrativa o qué motivos llevan a tal cambio' o, directamente, 'cómo es posible que a un espectador joven le parezca lenta Paranormal, que dura hora y cuarto, y Haneke no' o peor todavía: haría un grupo de Facebook titulado Señoras que Paranormal Activity les parece lenta pero seis temporadas de una serie de HBO no. Me centro en la narrativa televisiva porque se dice que, desde hace pocos años, la calidad de lo audiovisual ya no se encuentra en el cine sino en la telvisión. Comparto esa frase en el sentido que en televisión encontraremos la mejor construcción de personajes, pero en cuanto a narrativa aun le falta mucho que aprender. Pero en serio, me gustaría saber por qué a los espectadores del Siglo XXI, adictos a la narrativa televisiva, no se aburren con series estiradísimas durante decenas de capítulos pero con una historia cerrada de hora y cuarto sí.

UNA DURACIÓN NECESARIA PARA REINVENTAR EL TERROR
No os penséis que soy de esos que para defender una cosa simplemente ataco otra y quedarme tan pancho. Volviendo al caso de Paranormal se puede comprobar también que la inmensa mayoría de aquellos que se aburren con las 'escenas diurnas' dicen que lo mejor son las 'nocturnas'. Y no les falta razón, si tuviéramos que quedarnos con alguna de las dos partes está claro que la noche es dónde la película sobresale por encima de cientos de películas de terror que se han hecho en los últimos años (y muy por encima de aquella patochada llamada Blair). Oren Peli, su director, volvió a conseguir algo que no se lograba desde El Resplandor: que el terror y el miedo lo infunda un plano fijo. Sin trucos de montaje ni golpes de violín a mil decibelios. Un plano fijo con trípode. Que acojona al más valiente, por mucho que diga. Un solo plano que evoca nuestros miedos más infantiles: que algo entre por la puerta, que algo se mueva, un solo plano en el que constantemente no dejamos de buscar el miedo pero que, a su vez, no queremos mirar.


Y es en las escenas diurnas donde los personajes, Katie y Micah, nos van introduciendo las reglas de lo que pasará en la habitación y la mitología de espíritus y demonios con la que jugará la película. Nos van explicando, mediante varias escenas, qué es lo que ha ocurrido o -peor- que es lo que está a punto de ocurrir. Además que, volviendo a la construcción de personajes, es durante el día cuando se va formando o rompiendo esa relación de confianza y terror entre la pareja. El día supone una liberación para el espectador, porque confía que durante ese tiempo en la casa no ocurrirá nada (que se equivoca). Pero sin el día y sin su narrativa la noche no tendría sentido. Y jamás llegaría a estremecernos tanto como estremece la noche #20 ...

Darth Vader, el hermano más negro de la galaxia

 Hooper X (Dwight Ewell) en Persiguiendo a Amy (Chasing Amy, 1997, Kevin Smith)

Durante años, en esta insdustria, siempre que era presentado un personaje afroamericano -héroe o villano- habitualmente por artistas y escritores blancos se le endosaba un nombre racista que apuntase a su condición de negro. Ahora bien, en mi libro 'El hermano odiablancos' no encontraréis esa mierda. El héroe se llama Maleekwa y es descendiente de la tribu negra que estableció la primera sociedad en este planeta mientras vosotros, hijoputas europeos, aún os escondíais en las cuevas porque el sol os daba miedo. Es un personaje modelo en el que puede reflejarse un joven lector de color. He venido a deciros que a todo cerdo le llega su San Martín. El hombre negro no va a seguir siendo el gran borrego del mundo del cómic, la fantasía y la ciencia ficción. Vamos a reflejar la realidad y conseguiremos que se nos respete.

- Ahhh, ¡venga ya! ¡Vaya montón de chorradas! Lando Calrisisan era negro y además pilotó el Halcón Milenario, ¿qué problema tienes?

- ¿Quién ha dicho eso?

- He sido yo. Lando Calrissian era un modelo positivo en el reino de la fantasía y de la ciencia ficción

- ¡Que se joda Lando Calrissian! Negrata Tío Tom... siempre hay un blanquito que tiene que invocar la sagrada Trilogía. Entérate, esas películas tratan de cómo el hombre blanco tiene sometido al hermano negro incluso en una galaxia muy muy lejana. Ligad esto: tenéis a ese granjero paleto, Luke Skywalker, un chaval de poster nazi rubio con ojos azules; y luego está Darth Vader, el hermano más negro de la galaxia, un dios nubio.

- ¿Qué es un nubio?

- ¡Cierra tu puta boca! Vader es un hermano espiritual, quiere acabar con la fuerza y toda esa mierda del bien. Entonces ese palurdo Skywalker trinca un sable de luz y decide que él va a gobernar el puto universo. Reune a todo un clan entero de blancos y se dispone a arrasar el barrio de Vader, la Estrella de la Muerte. ¡A ver, cómo le llamáis a eso!

- ¿Guerra civil intergaláctica?

- ¡Eso se llama deshaucio! Van a eliminar el elemento negro para hacer de la galaxia un lugar entre comillas seguro para los blancos. ¡Y el Jedi es la parte más insultante de todas! Porque el hermoso semblante negro de Vader es mancillado al retirar su máscara para descubrir a un débil, viejo y decrépito hombre blanco. Intentan decirnos que muy en el fondo... ¡¡todos queremos ser blancos!!

- ¿Y acaso no es cierto?


Jim Carrey, ¡Te Quiero!

Jim Carrey está ya mayor. Y eso se nota. Han pasado ya la friolera de 16 años desde que se hiciera popular en nuestro país gracias a La Máscara y Ace Ventura, ambas del mismo año. A partir de entonces nos llegó un aluvión de títulos que bien podríans enmarcarse dentro de las mejores películas de la historia, como Dos Tontos Muy Tontos, la secuela de Ace Ventura, Mentiroso Compulsivo y Yo, Yo Mismo e Irene. Poniéndonos serios, hay que reconocer que Jim Carrey siempre ha querido que se le vea la faceta de gran actor que es, no sólamente por ser el caricato de los Farrelly, sino demostrándolo en la sosísima Man In The Moon, en la aburridísima Olvídate de Mí y, sobre todo, con El Show de Truman, verdadera obra maestra por la que ni siquiera le nominaron.

Para quienes no la conozcan, Philip Morris, ¡Te Quiero! nos cuenta la historia de Steven Jay Rusell (el Philip del título es un secundario), un famoso estafador americano (no os vayáis a pensar que 'lo gay' es el tema central de la película, porque no lo es) que por culpa de su derrochadora vida no le queda otro remedio que estafar a las compañías de seguros para ganar dinero y pagarse todos sus vicios. No tardará en que lo metan en la cárcel, donde conocerá allí a su verdadero amor, a Philip Morris, por quien hará mil y una estratagemas para sacarle de prisión y donde intentará otros mil intentos de fuga.

UNA PELÍCULA INDEFINIDA
Jim Carrey tiene ya 48 años, pero sus músculos faciales (que controla a la perfección) aun tienen ganas de marcha. Y esto no sería un problema si Philip Morris, ¡Te Quiero! estuviese claramente definida como una comedia, pero no lo está, y aquí tenemos el problemilla: que la película baila constantemente entre la comedia, el biopic y el drama sin decidirse claramente por ninguna. Y eso le crea un lastre, porque no sabemos muy bien si reirnos, si llorar... Por una parte no nos vamos a encontrar con la clásica biografía, sus directores se alejan extremadamente de los cánones de este género y nos presentan un producto muy novedoso e incluso impactante.

Por la otra parte, como Jim Carrey sigue teniendo el tirón que tiene los distribuidores y productoras siempre querrán aprovecharse de él y promocionarlo como la estrella. Pero no se trata de la clásica comedia tronchante con la que conseguía sacarnos las carcajadas la década pasada. De hecho son más los momentos dramáticos (algunos con muchísimo humor, eso sí, pero no para partirnos el pecho). Así que por esa parte el espectador que vaya a verla queda advertido. Aun así, a pesar del histrionismo que siempre le ha caracterizado, Carrey vuelve a adueñarse del papel y a comerse la pantalla cada vez que sale, haciendo suyo y único el personaje para siempre.

Quien nos vuelve a demostrar que seguramente sea el mejor actor de su generación es Ewan McGregor, quien dota a Philip Morris de una personalidad totalmente adorable y achuchable. Podría catalogarse dentro del estereotipo de mujer perfecta (o mejor dicho, hombre perfecto), pero aun así vuelve a meterse en la piel de un personaje completamente diferente a todos los que había hecho (pasando por los Obi Wanes galácticos, por los escritores de Polanski y escritores cantarines de Lurhman, por los Camarlengos de Dan Brown y sin olvidarnos de Big Fish y mil más), un papel nuevo en el que vuelve a encajar a la perfección.

UNA PELÍCULA ATREVIDA
Pero si hay algo que hay que reconocerle a la película, a sus directores y -sobre todo- a sus actores es que se hayan lanzado a la piscina con toda la buena fe del mundo. Porque cuando uno ve la cinta comprende que sus creadores la han hecho sin ningún propósito en absoluto de ganar dinero con ella. Es más, viéndola comprende uno los problemas de distribución que tiene. De hecho, en USA sigue sin ser estrenada, algo medianamente comprensible conociendo que allí censuran cuando Janet Jackson se saca una teta. Es lógico que ver a Jim Carrey endiñándole por el c*lo explicitamente a un tío con bigote tenga dificultades para ser estrenado. De hecho, hay escenas que para el espectador 'corriente' no serán agradables de ver, os lo aseguro. Incluso algunas llegan a ser desagradables. Pero vuelven a ser atrevidas, de nuevo. Es aplaudible el valor de actores y directores por, a pesar de todos los problemas que tenga para ser vista, querer hacer esta historia. Y ya que hablamos de política americana, le sobra la alusión final que hacen al Gobierno Bush (totalmente innecesaria y oportunista).

En definitiva, con Philip Morris nos volvemos a encontrar a un Jim Carrey que quiere hacernos volver a reír como antaño, pero los tiempos de la comedia loca han pasado. Además que la indefinición de la película no ayuda, nos descoloca. Pero merece la pena por ver el empeño que le ponen sus creadores y sus actores, con un Ewan McGregor en estado de gracia.

Airbender y el mejor director del siglo XXI

M.Night Shyamalan es el mejor director del siglo XXI, sin duda. Pensadlo bien y no encontraréis a otro igual que levante tantas pasiones y odios cada vez que estrena una película. De nadie se habla tanto: ni Scorsesses, ni Spielbergs, ni Bays, ni Allens, ni Amenábares, ni Camerons ni Almodóvares. El director americano (me niego a llamarlo indio) ha sido capaz de darnos al público, en lo que llevamos de siglo, la friolera de 6 películas a cada cual más polémica, no porque sus historias sean provocadoras ni violentas (para eso ya tenemos a Haneke), sino por el revuelo que causan sus críticas. En estos últimos 10 años nadie ha imprimido un estilo tan personal, inconfundible, precioso, único, íntimo y misterioso. Pero desde que hizo El Bosque el público empezó a dudar de su capacidad de volver a ¿sorprendernos? y desde entonces le ha caído una lluvia de palos inmerecidísima y desproporcionada. Sinceramente no sé qué le pide la gente o qué busca en su cine, debería hacer una simple encuesta porque mediante la lógica es imposible sacarlo. Lo que sí está claro es que si no nos da lo que queremos lo crucificamos sin más. Está de moda criticar a Shyamalan, queda muy cool regodearse en sus fiascos. Podríamos decir que Shyamalan es el iPhone 4 del cine.

Como director no es perfecto, por supuesto. Todos los directores grandes han tenido patizanos innombrables en sus carreras (véase el Jack de Coppola, el Hook de Spielberg, la mitad de la filmografía de Ridley Scott, etc). Y para mí su gran patinazo fue El Incidente. Porque reconozcámoslo, después de ofrecernos 5 historias maravillosas pasó a hacer una película donde la gente huye de la hierba. Aun teniendo dos escenas grandiosas (los primeros suicidios en Philadelphia y el encuentro final de la pareja, insuperables) la película era un fallo de principio a fin. Y ahora con su nueva cinta 'Airbender: El Último Guerrero' la gente ha vuelto a pensar lo mismo. Creemos que nos encontramos ante el truño del año y del milenio, pero no es así, ni mucho menos.

UNA HISTORIA QUE NO CALA
Como ya he dicho, no sé (ni yo mismo) qué le pedimos al director cuando nos sentamos en el cine a verle. Lo que sí ha pasado con esta última es que no hemos tenido en cuenta el producto que ha hecho, que se trata de una adaptación de una serie infantil. La gran mayoría de los que hemos ido a verle ha sido simplemente por el nombre de quien la ha hecho, algo de lo que el director puede sentirse más que orgulloso, pero no por la película en sí. Y como era lógico la crítica ha vuelto a darle palos hasta en el cielo la boca. En cambio no ha tenido en cuenta que el original de donde venía se trataba de una serie infantil, que era de dibujos animados y que encima era apta para todos los públicos. Creo que en toda su carrera no ha hecho una película con el público objetivo mejor definido. El problema es que no éramos nosotros.

Aunque toda la culpa se la achaquemos a Shyamalan está claro que el problema, en este caso, no se encuentra en el director sino en la historia. Que nosotros, como público adulto, difícilmente conectamos con ella. Con esto no quiero decir que las películas infantiles no sean para el público adulto (de hecho véanse las últimas de Pixar), pero sí que esta historia de ese guerrero a lo Moisés que controla todos los elementos no nos llega tan adentro. Shyamalan pone toda su pasión y fuerza de buen director en la primera película que la idea no es enteramente suya. Yo no he visto la serie, pero por lo visto resume toda una temporada en 103 minutos y eso se nota, que la historia va a trompicones pegando saltos. Aun así lo aplaudo, ojalá hubiese dirigido la 6ª temporada de Perdidos en hora y media nada más.


Y es en los momentos íntimos donde vemos al Shyamalan más auténtico, en los pequeños encuadres cerrados en dodne los personajes hablan del ying y el yang y el tira y afloja. Donde volvemos a ver al director que nos emocionaba con los problemas de los personajes que se confesaban los unos a los otros (Cole al Dr. Crowe, Bruce Willis a su hijo, Mel Gibson con su familia, Joaquin Phoenix declarándose a una ciega y preciosa Bryce Dallas Howard o Paul Giamatti llorando ante el recuerdo de su familia perdida, de nuevo, ante una preciosa Bryce Dallas Howard). En esta atentos a la escena donde dos personajes empiezan a hablar y llueve ceniza, increíble. Y una vez que sale de lo íntimo Shyamalan nos ofrece increíbles secuencias de acción rodadas en plano secuencia con unas coreografías de puras artes marciales calculadas y sin chorradas a lo Matrix. En el apartado actoral podemos decir que casi todos están horribles, a excepción Shaun Tobb, quien hace del Tío Iroh (que ojalá fuera mi tío). Pero bueno, los actores no importan, ¿verdad? Quien importa es Shyamalan.

LA MEJOR BANDA SONORA DEL AÑO
Pero si hay algo que hay que destacar de la cinta, y cuya simple presencia ya es motivo suficiente para ver la película, es la poderosísima partitura de James Newton Howard. Donde, una vez más, ha vuelto a demostrar que a día de hoy es el mejor compositor vivo que hay. Reconozco que su escucha aislada no me provocó demasiadas pasiones, pero cuando comencé a escucharla en pantalla y ver las imágenes que le acompañaban casi me muero (por no decir una burrada mayor) de gusto. Mis oídos lo estaban alucinando. En la actualidad no hay Director/Compositor que mejor se entiendan (y que ahora no me venga el listo de turno a hablarme sobre Burton/Elfman, como dicen los de Muchachada su última banda sonora vuelve a ser la misma mierda). Shyamalan no es nadie sin Newton Howard y, éste, no es nadie sin Shyamalan. Y en Airbender vuelve a regalarlos una de las mejores piezas de la historia de la música de cine, con un tema heroíco que ya no se podrá desprender nunca del personaje y un intimismo que hacía tiempo que no escuchábamos. Una obra maestra.

M. Night ha intentado volver a redimirse, lleva haciéndolo desde La Joven del Agua porque cree que nos ha fallado y porque nosotros, el público, somos quienes más le importamos. Pero no le hemos vuelto a dejar.

Splice: un drama familiar de ciencia ficción

Tras muchísimos retrasos por fin llegó la nueva película de Vincenzo Natali, uno de esos directores que -al igual que Tarantino, por ej- se les endiosa por hacer nada más que una película. En este caso nos referíamos a Cube, película que ni defenderé ni atacaré porque, sinceramente, la vi hace unos 11 años y no recuerdo absolutamente nada de ella. Sólo que el final y toda la película en sí me dejó loco. Estupidez humana. El chavalote ha regresado a las pantallas con una película de ciencia ficción pura y dura. @andmolcua y yo fuimos a verla ilusionados porque, sinceramente, el trailer acojonaba tela marinera. Se nos presentaba una especie de 'Species' (valga la redundancia), pero esta vez en plan serio y sin que nadie se f*llase al Dr. Octopus. La bicha que aparecía pintaba ser una de las criaturas más inquietantes que viésemos nunca.

Como ocurre siempre con el Marketing (de quien Shyamalan es su máximo sufridor) han vuelto a vender una película de forma errónea. Porque Splice no se trata de una cinta de terror, se acerca más al drama, al drama de dos padres intentando cuidar de su hija. Evidentemente el elemento fantástico se encuentra ahí, pero para eso está la ciencia ficción: para hablarnos de nuestro propio presente con elementos que no podrían pertenecer a él. 

En Splice se nos cuenta la historia de una pareja de científicos que, combinando ADNs de varias especies, logran bichejos nuevos que permitirán que la industria farmaceútica desarrolle nuevos y revolucionarios medicamentos. La corporación decide cerrar el laboratorio y abrir nuevas vías de negocio. Pero la chica (una fría pero muy convincente Sarah Polley) en su afán de querer experimentar y de ser madre decide combinar ADN humano con todos estos bichos. ¿El resultado? Dren, una monstrua de lo más desagradable al principio, de lo más adorable después y de lo más fogosa al final (interpretada por una misteriosa y apasionante Delphine Chanéac).

Lo mejor de la película es palpar cómo la pareja ama y odia (y viceversa) a su propia creación, ver esas discusiones de pareja porque uno de ellos críen o malcríen a sus hijos y por todo lo malo que va a ocurrir. Cuando la criatura va creciendo (le salen tetillas y tal) y pasa de ser una niña adorable a una adolescente tocacojones es cuando cambian las tornas y la cosa se pone interesante, creándose uno de los triángulos amorosos/incestuosos más fantásticos y desagradables que se han visto nunca, llegando a haber dos perras peleadas por el mismo hombre y, casi al final, ¡dos hombres peleados por la misma perra! Jamás la depravación dio para tanto (los últimos 15 minutos son una animalada en todos los sentidos).


Podría decirse que la película tiene dos mitades muy bien distinguidas y separadas, pero con el gran fallo de que todo lo relacionado al granero se vuelve más comercial y el director intenta tirar por algo que los espectadores no le hemos pedido: el terror chungo/adolescente de sustos con violines. A partir de esto la película se vuelve más convencional, pero aun así es la que mantiene toda la trama del triángulo ¿"amoroso"?.

LO MEJOR: Dren, un personaje que nos levanta todo tipo de sensaciones: es imposible no tener repulsa por su fase de pollo asado, imposible no sentir compasión por ella cuando es niña ni, finalmente, que no nos ponga cachondos en su fase adulta. Además, los efectos con los que se ha creado al personaje son perfectos, un claro ejemplo de efectos al servicio de la historia (y no al contrario)

LO PEOR: Los últimos 10 minutos que transcurren en el bosque, completamente comerciales y que parecen dirigidos por Wes Craven.

LA ESCENA: Adrien Brody haciendo que Dren, aún pequeña, vuelva respirar en la bañera. La decisión que toma y su posterior reacción es tan fantástica que no la desvelaré.

Podríamos calificar a Splice como un drama familiar de la mejor Ciencia Ficción, mal vendido y no merecedor de su mala distribución, pero con una apasionante historia que según crecen los personajes va entretejiendo todo tipo de dilemas científicos (jugar a ser Dios) y morales (cómo críar a un hijo). Todo ello con unos magníficos actores (los tres), director y unos efectos puestos al servicio de la historia.

El Equipo-A

En 1972, cuatro de los mejores hombres del ejército americano que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y se los encuentra, quizás pueda contratarlos. EL EQUIPO-A

Esa era la frase con la que se abría cada capítulo de la mítica serie, estrenada y repuesta en mil veranos por Antena 3. Nuestra generación guarda en la memoria esta serie con más cariño del que se merece, pero si se mira con sensatez y con la cabeza fría nos encontramos con un producto que ha envejecido muy mal. De hecho, -como dice la Frikipedia- la serie se erige, por meritos propios, como el mayor exponente del Neofascismo. Si se analiza en profundidad, El Equipo A no era un grupo de ex soldados picaruelos que socorrian huerfanos y viudas, sino un auténtico comando paramilitar que despreciaba claramente la autoridad legal, hacía uso (y abuso) de armas de fuego, ponía en claro riesgo a la población civil con una conducción suicida y, en definitiva, hacía de un arte el tomarse la justicia por su mano. Posturas ideológicas aparte, la serie hacía las delicias de miles de chavales que la veíamos tarde tras tarde esperando que ese comando inflase la furgoneta de explosivos y metralletas. Pero, como no se trata de una serie de HBO, el tiempo la ha tratado muy mal y hoy en día sólo la re-vería mi abuelo que en paz descanse.

La película nos llega de la mano de Joe Carnahan, el aburrido director de Narc, el encocado director de Ases Calientes y el inspirado director de Ticker, el fantástico corto de BMW. El Equipo A-2010 es una película acorde a los tiempos que corren. De hecho, la mítica furgoneta del Equipo queda destrozada a los 10 minutos, dando paso a un nuevo equipo y una nueva generación.

Afortunadamente, la película de este año es un muy fiel homenaje que supera en muchos aspectos al original que le precede (cosa no muy difícil, todo sea dicho). Sobre todo por dos razones. En primer lugar, se nos presenta un guión y una trama más seria y coherente que la propia serie: aquí el Equipo no se dedica ayudar a nadie que se encuentre por la calle ni por la selva, sino que son ellos mismos quienes deben de salvar su culo. Los guionistas tejen un guión medianamente liado y entretenido. 


Y, por la otra razón, el casting es de los más acertados en mucho tiempo: Liam Nesson, uno de los tíos que acojonan e imponen nada más verlo, imprime todo su carácter, profesionalidad, sabiduría y control que merece el personaje de Hannibal; Bradley Cooper vuelve a estar tan gracioso, seductor, inteligente y guapísimo (y eso que soy hetero hasta la médula, pero lo reconozco) como Fénix se merecía; Sharlto Copley, la revelación de Distrito 9, está lo loquísimo y graciosísimo que se merecía Murdock: en sus dos primeros minutos le prende fuego a Fénix y lo vemos colgado de las aspas de un helicóptero cantando 'Right Round', IMPAGABLE; y Quinton "Rampage" Jackson, a pesar de echar de menos las 2.000 toneladas de oro que llevaba colgando en la serie, sorprende como M.A.

LO MEJOR: La planificación de las secuencias de acción, como el primer robo de las planchas, todo un pajote visual del arte de la edición.

LO PEOR: Jessica Biel, aunque se le perdona todo porque está para mojar pan.

LA SECUENCIA: Como ya hemos mencionado la escena de las planchas, me quedo con el montaje paralelo entre el juicio al equipo y el funeral.

LA ESCENA: El rescate de Murdock, en un psiquiátrico donde los pacientes se ponen a ver una película en 3-D... NO DIGO MÁS

La película, consciente de su condición de disfrute veraniego, pretende ser otra cosa. Hace que el espectador se lo pase bomba con las desvergonzadas escenas de acción (dignas del más piruetesco Stephen Sommers) y con la cinta en sí. Y lo consigue: si uno entra en su juego y se cree todo lo que está pasando disfrutará como los enanos que éramos viendo la serie allá por los 90.

P.D.  NO OS LEVANTÉIS EN LOS CRÉDITOS, sentaos hasta que terminen. La peli guarda una sorpresa para aquellos que fuimos niños y esperábamos encontrarnos al Equipo por la calle...