Llevo pensando desde hace tiempo que a la televisión le quedan 5 años de vida, tal y como la conocemos hoy, no le doy más. Ahora mismo estamos asistiendo a una especie de rejuvenecimiento de las cadenas con la implantación de la TDT. De hecho, en septiembre se añadirán nuevos canales en abierto como MTv, La Sexta 2 y Sexta 3, Nitro y muchas más. Cada vez tenemos más cadenas y yo me pregunto a dónde irá el pastel publicitario, cómo se sustentarán o, directamente, cómo aguantarán el tipo. Porque hacer televisión cuesta mucho mucho dinero. Y a menos que la paguemos nosotros los espectadores (que no lo vamos a hacer, porque llevamos 30 años con el modelo de 'la tele es gratis') serán los anunciantes quienes lo hagan. Y estos sacaban sus buenos beneficios antiguamente cuando sólo había 5 generalistas y todos veíamos los mismos anuncios. Ahora hay 4 veces más, así que ya me diréis.

Desde hace unos años estamos asistiendo a un cambio tecnológico impensable en la historia de la humanidad. Se dice que en 2 días en Internet se escribe la misma cantidad de información que escribió toda la historia de la humanidad hasta el año 2000. La tecnología crece más rápido que nosotros. Cuando se lanza un nuevo gadget al mercado, el siguiente ya está en la pista para coger el relevo. Y si quieres esperarte a que baje de precio ya habrá en el mercado uno mejor.

CAMBIO DE HÁBITOS: La muerte del Prime Time
Lo que parece que todavía no hemos asimilado muy bien es que antiguamente se decía que un espectador pasaba de media frente al televisor 212 minutos. A día de hoy lo que dicen las estadísticas es que pasamos casi 3 horas... frente a Facebook. Y frente a Tuenti y las redes sociales. E Internet. Si vosotros, lectores, estáis leyendo mi blog es que seguramente también hayáis asistido al siguiente cambio: ¿Cuánto hace que no os sentáis con vuestros padres o vuestra familia a las 22.00 frente al televisor para ver lo 'que echan'? A que hace mucho, ¿verdad? Cada vez se ve menos televisión. Y cuanto más joven es la generación más acentuado está este sentimiento. En mi caso particular, mi Bravia es un mero intermediario entre el Blu-Ray y yo.

Internet y el surgimiento de páginas de descarga y foros de intercambio de contenidos (los P2P mueren lentamente, el futuro es Vagos y Megaupload) ha cambiado radicalmente nuestra manera de actuar frente a la pantalla. Nosotros ya no vemos lo que Antena 3 nos programe a partir de septiembre, qué nos importa que nos llegue la nueva temporada de Física o Química si ahora somos nosotros mismos quienes elegimos nuestros contenidos y la manera en que los vemos. Y, por lógica aplastante (¡gracias a Dios!), hemos vuelto a apostar por la ficción americana, quien siempre ha ofrecido las mayores dosis de calidad y entretenimiento. Afortunadamente, a las generaciones nuevas ya no nos importa el idioma en el que lo vemos. Pero lo que sí está claro es que nuestra pantalla ya no es el televisor del salón, es nuestro ordenador o nuestro portátil, donde tenemos almacenadas nuestras películas o nuestras series favoritas, accesibles en cualquier momento a golpe de tecla. Imagino que os dirían "hijo, siéntate con nosotros a ver la tele, que hace tiempo que no lo haces" y vostros contestaréis, cual Rorschach "NO"

¿EL FUTURO? EL iPAD!!! (o similares)
Del consumo en familia hemos pasado al consumo individual, con una pantalla propia. Recuerdo cuando en el 2005 me compré mi primer portátil, que me costó 1.200€. A día de hoy ese ordenador se vende por menos de 150€, no cuesta más. Y mi actual móvil tiene casi más procesador y memoria. No es descabellado pensar y vaticinar que cada persona, de aquí a 3 o 4 años, irá por la calle y al trabajo y a la escuela con un iPad bajo el brazo. Es el gadget perfecto, una pantalla (de resolución inmejorable) que aglutine todas las funciones de ordenador, almacenamiento de todo lo personal (música y fotos), teléfono móvil y centro de ocio. Sólo es cuestión de que baje de precio. Las noticias que leíamos hace días que en India comienzan a comercializarse pantallas de este tipo a precios casi regalados no hacen más que alegrar y beneficiar a los consumidores porque eso implica que Apple no tendrá mas huevos que empezar a bajar sus precios si quiere seguir siendo la número uno. Porque lo que sí se viene venir es que competidores le van a empezar a salir por todos lados, y cada uno a ofrecer lo mejor posible y al precio más asequible.

Y será de aquí a 3 años cuando todos tengamos una. Donde cada miembro de la familia tendrá su tablet personalizado con el que nos comuniquemos con el mundo y donde veamos nuestros contenidos. Las televisiones ya no tendrán el poder de imponernos qué ver un jueves por la noche, seremos nosotros quienes elegiremos. Y es ahí donde está la otra baza del futuro: en los contenidos, la clave para que una red o un sistema que ofrezca un catálogo triunfe o no. Ganará quien ofrezca el de mayor calidad, ya no importará donde se emita, sino el contenido en sí. Además, con el crecimiento de redes ADSL y los vídeos en Alta Definición hacen que todo aquello que decían los estudiosos sobre la televisión en el móvil (en minúsculas pantallas de Nokia) se quede ya como algo meramente anecdótico de bibliotecas sin actualizar y de tesinas que se quedan anticuadas a los 2 años.