Ayer se supo que el director para la nueva entrega de superman será Zack Snyder, director de Watchmen y 300. Así que tendremos una nueva historia de Superman volando a cámara lenta. Fuera de bromas, afortunadamente Christopher Nolan ha sabido escoger a uno de los directores más visuales que hay hoy en día, a quien no le tiembla la mano a la hora de enfrentarse a un superhéroe, ya que fue capaz de adaptar -con un estilo visual único- Watchmen, la novela gráfica inadaptable. Desde ILM quiero aprovechar tal noticia para hacer un par de repasos por la figura del héroe americano por excelencia: SUPERMAN.

LOS DIBUJANTES Y SUS RAÍCES
Uno de los factores que siempre me han intrigado del héroe son sus evidentes raíces judías. El hombre de acero nació en 1934 de la imaginación de Jerry Siegel y Joe Shuster, dos dibujantes provenientes de aquella segunda generación de inmigrantes judíos de Europa Oriental en la Gran Manzana. Superman, al igual que muchos otros superhéroes de historietas del siglo XX, fue creado por hijos de inmigrantes judíos en Nueva York. Cuando los dibujantes de cómics de los años 30 y 40 pensaban en sus creaciones y en sus héroes se remontaban a su cultura antigua, de ahí que la historia de Supermán guarde numerosos paralelismos con la de Moisés y el éxodo; y lo mismo sucede con los X-Men, que están basados en la idea del antisemitismo: perseguidos allá donde se han querido establecer, los mutantes del profesor Xavier han sido víctimas de la intolerancia y de la sociedad. Y, para más inri, Magneto estuvo encerrado en campos de concentración.

Todos los grandes personajes del cómic como Supermán, Spider-Man, los X-Men, Hulk o el Capitán América fueron creados por autores judíos como Stan Lee, que volvieron los ojos a su propia historia, vivencias y tradiciones para inventar estas aventuras. Y fueron creados entre los años 30 y 40, vinculando la necesidad de los judíos de tener "un héroe que los protegiera" en plena expansión de los fascismos. Y fue entonces cuando hizo aparición el héroe más grande de todos.

EL ÉXODO DEL HÉROE
Superman es el hijo de Lara y Jor-El. Nació en el planeta Kripton con el nombre de Kal-El (vocablo hebreo que significa 'la voz de Dios' y nombre también del hijo de Nicolas Cage). Asemejad la figura de Dios con Jor-El y continuemos leyendo. El planeta entero explotó, símil que años después podría compararse con el holocausto, obligando a sus padres a enviarlo a una nueva tierra prometida para poder sobrevivir: Estados Unidos. Es igual que la historia de Moisés y el pueblo judío: Jochebed puso a su hijo en una cesta y lo mandó Nilo arriba para poder salvarlo y para que este, en un futuro, salvase a su pueblo.

Recién llegado a su nueva tierra y acogido por unos padres cariñosos (Martha y Jonathan Kent), tiene que aprender todo de nuevo. Después irá descubriendo que es diferente, pero él no quería ser diferente. Por eso se esconde detrás de un nuevo nombre: Clark Kent. El héroe judío quiere integrarse y ser parte de esa nueva cultura, así que cuando usa sus poderes para ayudar y hacer el bien, viste su uniforme que tiene los colores de la bandera norteamericana. Refleja sus ansias por un mundo mejor, cuando especialmente Europa estaba plagada por el antisemitismo. 

EL NUEVO SUPERMAN
Posteriormente, las creencias y filosofía de Superman fueron apartándose de la tradición judía, para que el héroe de DC Comics no quedase atado a ninguna religión concreta y para que todo el mundo pudiese abrazar sus valores. Pero eso no quita que podamos poner en evidencia sus raíces y su tradición. En las últimas entregas cinematográficas, sobre todo expresadas en las entregas de Donner y Singer, el héroe queda más vinculado a la tradición cristiana que a la judía, sobre todo por la figura de salvador del siglo XX que la humanidad necesita (Por qué el mundo necesita a Superman, rezaba el artículo escrito por Lois Lane en Superman Returns) y por las palabras expresadas por el propio Jor-El: Aunque te hayas críado como un humano no eres uno de ellos. Pueden llegar a ser un gran pueblo Kal-El, desean ser un gran pueblo. Tan sólo necesitan una luz que les guíe. Por esa razón sobre todo, su capacidad para hacer el bien, yo te envío a ellos, mi único hijo.