Cuando salí ayer de ver Lo Imposible (Juan Antonio Bayona, 2012) no sufrí esa catarsis emocional en los espectadores de la que tanto han hablado los medios de comunTelecinco. Lo Imposible ha logrado ser el estreno más taquillero en la historia de nuestro país. ¿Pero a que se debe? ¿A las cualidades de la película? ¿A la emoción que transmite? Nada de eso, lo que nos traemos entre manos es algo casi matemático: cada dos año, la cadena de televisión le hace a su producción cinematográfica una campaña de marketing tan espectacular como la película en sí. En 2007 le tocó a El Orfanato (también de Bayona) y en 2009 fue el turno de Ágora. Te levantas por la mañana y en los Desayunos te dan un reportaje de Lo Imposible. Estás comiendo y tienes el nuevo trailer de Lo Imposible. Cada corte de publicidad tiene escenas de Lo Imposible. Estás afeitándote y sale un señor de la bañera diciendo que tienes que ver Lo Imposible. Después de todo lo que nos han machacado, ¿cómo es posible que la gente no quiera verla? No nos engañemos, todos estos grandes éxitos de taquilla son debidos a su publicidad que a la película en sí.

The Impossible (Juan Antonio Bayona) Thailand tsunami
La espectacular recreación del tsunami gracias a la perfecta
integración de efectos digitales y maquetas.


Los aciertos de Lo Imposible
No quiero dejar de pasar por alto las -muchas- virtudes que posee el film de Bayona y que esta crítica solo sea negativa. Lo primero que hay que aplaudir de Lo Imposible es que, a pesar de estar rodado con actores ingleses y en localizaciones extranjeras, nos encontramos con un producto cien por cien español. Técnicamente, la cinta es irreprochable. La recreación del tsunami es espectacular e incluso más verídica (¡ese agua llena de mierda!) que la que nos mostró Eastwood en Más Allá de La Vida (Hereafter, 2011). Enhorabuena a Bayona por haber logrado un producto de tanta calidad técnica y por haber confiado en un equipo español de profesionales para realizar la película.

Bayona, además de realizar una dirección ejemplar, sabe sacar lo mejor de todo su elenco de actores, en especial de los niños. Una vez que ocurre el desastre, Juan Antonio sabe mantener el ritmo aún a sabiendas de que muchos de los espectadores ya conocíamos el final de la historia y sabe sacar lo mejor de ciertas situaciones y decorados (todo lo que ocurre en el hospital cuando comienzan a cruzarse los personajes).



Los fallos de Lo Imposible
Para mí el gran problema de la cinta reside en que los niños hablan como adultos. Bayona rompió el pacto de ficción conmigo en cuanto Lucas, el hijo mayor pronuncia su primera frase: "pensé que yo era un niño valiente, mamá, pero tengo miedo". Desde ese momento no me creí al personaje que terminará convirtiéndose en protagonista de la historia, poco de lo que dijera o hiciese Lucas iba a tragármelo ya. De hecho no lo hice. A lo largo de la cinta vemos a un personaje de unos 12 o 13 años más valiente que media Tailandia. Y, desgraciadamente, fue algo que no me creí.

Y no solo el hijo mayor es valiente, sus otros dos hijos de 7 y 4 años también rezuman un heroísmo que más lo quisiera el Capitán América. En cambio, los adultos muestran conductas y actos totalmente ilógicos: [SPOILER]¿cómo es posible que Ewan McGregor abandone a sus 2 hijos para ir a buscar a su mujer (suponemos que para que sus hijos no le retrasen en su búsqueda) y luego se lleva de ayudante a un tío que está cojo?[FIN SPOILER]. Después, las apariciones de caras famosas como Marta Etura y una Geraldin Chaplin (cuyo parecido con el Boris Karloff de La Momia comienza a ser preocupante) no aportan absolutamente nada al conjunto.

Por otra parte, durante la primera hora de película Bayona logra el sufrimiento del espectador mediante huesos rotos, tobillos dislocados y un sinfín de horrores médicos. En Lo Imposible el espectador es testigo de una Naomi Watts sufriendo y gritando porque tiene medio cuerpo roto. ¿Cómo no empatizar emocionalmente con ella? Cualquier persona que haya sufrido una lesión física se verá implicado emocionalmente, es algo lógico. La manera en la que lo ha hecho me parece sucio. Esperaba que los espectadores sufriésemos por la emoción, por el destino de los personajes, no porque al personaje de María se le esté poniendo la pierna negra.

Para seguir hablando de la empatía emocional de la película, me limitaré a copiar las palabras que Mikel Zorrilla escribió en su crítica de Blogdecine, que me parecen perfectas: 

[...] una de las constantes más molestas de toda la película: Los cansinos, excesivos y reiterados subrayados dramáticos a través de la banda sonora de Fernando Velázquez. He de reconocer que calificar negativamente sus composiciones sería un gran error, pero su utilización dentro de la película roza lo obsceno en su intento de ganarse la empatía emocional del espectador.

No diré más sobre la banda sonora excepto a que Fernando Velázquez juega (y juega mal) a ser el Michael Giacchino que nos emocionaba con 3 notas de piano tanto en Lost como en Up. Por otra parte, ¿era necesario que Bayona subrayase el dolor y buscase la lágrima a toda costa, cuando el drama se capta y se interioriza con unas pocas imágenes? Ahí dejo el debate.


Naomi Watts y Tom Holland en 'Lo Imposible'
Naomi Watts y Tom Holland en el desastre de 2004


Conclusiones
Bayona logra un producto técnicamente irreprochable pero artística y emocionalmente discutible. A pesar de todo, es un gran éxito para nuestro cine que demuestra que en nuestro país hay gente muy válida para hacer grandes y espectaculares películas.